Museo CYDT
José Luis Pérez de Salazar fue un prominente investigador e historiador que a su vez cultivo el placer por el coleccionismo. Durante su vida fue catalogando y acrecentando un gran acerbo de objetos y obras de arte. Recientemente dicha colección se ha ido colocando de manera dispersa en diferentes colecciones de arte dando forma a nuevos acerbos , porque como suele suceder a lo largo de la historia cada una de las obras tiene un porque y un donde que de manera casi aleatoria sigue un nuevo camino que por fortuna nos permite profundizar temas y enriquecer nuevas curadurías .
Para la Colección Cantú Y de Teresa, coleccionar este tipo de obras que combinan la visión del autor y la devoción del colector nos procuran un placer muy especial surgido de un sinnúmero preguntas con respuestas que conllevan dar un lugar muy especial a cada uno de los objetos de arte.
Hoy nos compete presentar dos obras del Félix Parra que ya son toque de piedra para nuestra colección pues nos permitirán crear un puente que amalgama primeramente a Félix Parra seguido por otro gran maestro ; Alfredo Ramos Martínez y de ahí a Federico Cantú , ambos tres con una inclinación a dotar el arte Mexicano de una universalidad .
Félix Parra Hernández (Morelia, Michoacán, 17 de noviembre de 1845 - Tacubaya, Distrito Federal, 9 de febrero de 1919) fue un pintor y académico mexicano.
El pintor moreliano formó parte de la primera generación que vivió la restructuración de la Academia de San Carlos, que buscaba darle identidad propia a la pintura nacional. “Él aportó mucho a ese proceso al recuperar temas históricos que otros artistas de su época no abordaban, lo que lo ubicó en un lugar destacado en el devenir del arte mexicano, aunado a que fue un excelente retratista y paisajista, cuyo legado se puede apreciar en algunos de sus alumnos como Manuel Pastrana, Julio Ruelas, Germán Gedovius o Saturnino Herrán”, refirió Violeta Tavizón, subdirectora del Museo de Guadalupe.
En 1878, Félix Parra tuvo la oportunidad de ser uno de los primeros artistas en viajar pensionado por la Academia a Europa, y durante cinco años estuvo en Francia e Italia, donde adquirió una fuerte vena vanguardista.
“Ahí se nutrió de distintas corrientes como el simbolismo o el impresionismo, aunque se inclinó por el modernismo y el art nouveau, lo que se reflejó en el último periodo de su producción pictórica, en los albores del siglo XX. Dicho aprendizaje lo transmitió a su regreso a la Academia de San Carlos como maestro de dibujo de ornato, donde tuvo como alumnos a Diego Rivera, Gerardo Murillo Dr. Atl, Julio Ruelas y Manuel Pastrana, este último fue el primer director del Museo de Guadalupe, razón por la que se consideró pertinente mostrar la exposición en este recinto”.
Fue a sus 55 años de edad, al despuntar el siglo XX y después de la experiencia vivida en Europa, cuando el artista moreliano se inspiró en la tradición impresionista y modernista para la representación de paisajes semirrurales, urbano cosmopolitas y escenas costumbristas afrancesadas.
Sus múltiples trabajos a la acuarela, sueltos y luminosos, así como algunos estudios de un sinfín de objetos y sujetos oníricos, son el vivo ejemplo de que experimentaba tiempos de renovación artística, en rebeldía contra la rigurosa formación fincada en el dibujo científico de las academias de arte del siglo XIX.
En 1878, Félix Parra tuvo la oportunidad de ser uno de los primeros artistas en viajar pensionado por la Academia a Europa, y durante cinco años estuvo en Francia e Italia, donde adquirió una fuerte vena vanguardista.
“Ahí se nutrió de distintas corrientes como el simbolismo o el impresionismo, aunque se inclinó por el modernismo y el art nouveau, lo que se reflejó en el último periodo de su producción pictórica, en los albores del siglo XX. Dicho aprendizaje lo transmitió a su regreso a la Academia de San Carlos como maestro de dibujo de ornato, donde tuvo como alumnos a Diego Rivera, Gerardo Murillo Dr. Atl, Julio Ruelas y Manuel Pastrana, este último fue el primer director del Museo de Guadalupe, razón por la que se consideró pertinente mostrar la exposición en este recinto”.
Fue a sus 55 años de edad, al despuntar el siglo XX y después de la experiencia vivida en Europa, cuando el artista moreliano se inspiró en la tradición impresionista y modernista para la representación de paisajes semirrurales, urbano cosmopolitas y escenas costumbristas afrancesadas.
Sus múltiples trabajos a la acuarela, sueltos y luminosos, así como algunos estudios de un sinfín de objetos y sujetos oníricos, son el vivo ejemplo de que experimentaba tiempos de renovación artística, en rebeldía contra la rigurosa formación fincada en el dibujo científico de las academias de arte del siglo XIX.
Félix Parra 1845-1919 Federico Cantú 1907-1989
Con la pluma de Don Alfonso Reyes 1889-1959
“la única manera de ser provechosamente nacional consiste en ser generosamente universal”y agregaba “pues nunca la parte se entendió sin el todo”.
Félix Parra 1845-1919
Federico Cantú 1907-1989
Félix Parra 1845-1919
Quimera XIX
Tinta papel
Colección de Arte Cantú Y de Teresa
Federico Cantú 1907-1989
A Matter of Love – MacKinley Helm
The Declaretion of love
The Tale of Jesús and the Tanner’s Daugther
Colección de Arte Cantú Y de Teresa
Federico Cantú 1907-1989
Alfonso Reyes
Tondo- bronce
Colección de Arte Cantú Y de Teresa
Alfonso Reyes
CORO DE SÁTIROS EN EL BOSQUE
Estrofa 1
Agotad los racimos rojos
suspendidos sobre vuestras frentes,
y sea la tierra encanto a los ojos
y mane la vida como las fuentes.
Nos saludan los cañizales
y las yerbas nos abren caminos;
se nos brindan las uvas cordiales;
nos sueltan ramos los nobles pinos.
Agotad los racimos rojos
suspendidos sobre vuestras frentes,
y sea la tierra encanto a los ojos
y mane la vida como las fuentes.
Nos saludan los cañizales
y las yerbas nos abren caminos;
se nos brindan las uvas cordiales;
nos sueltan ramos los nobles pinos.
Antistrofa 1
Por el reino familiar
de la selva el sátiro yerra;
por el mar
los tritones, y por el cielo
la raza de Olímpicos. A nado
van sobre la espuma, van sobre
Nuestra pesuña, al suelo
—dúplice raíz— se aferra,
por donde el vigor de la tierra
sube.
o en vuelo,
la nube.
Por el reino familiar
de la selva el sátiro yerra;
por el mar
los tritones, y por el cielo
la raza de Olímpicos. A nado
van sobre la espuma, van sobre
Nuestra pesuña, al suelo
—dúplice raíz— se aferra,
por donde el vigor de la tierra
sube.
o en vuelo,
la nube.
Federico Cantú 1907-1989
Orfeo
Buril
Colección de Arte Cantú Y de Teresa
Épodo 1
Cantad en honor de Leneo.
Resucitad con vuestras bocas
la canción mágica de Orfeo
que sabe persuadir las rocas.
Cantad el racimo maduro,
y resucitad la cancióncon que, en Tebas, se alzaba el muro
al son de la lira de Anfión.
Cantad en honor de Leneo.
Resucitad con vuestras bocas
la canción mágica de Orfeo
que sabe persuadir las rocas.
Cantad el racimo maduro,
y resucitad la cancióncon que, en Tebas, se alzaba el muro
al son de la lira de Anfión.
Alfonso Reyes
Épodo II
Raza que a la tierra abandonas:
renueva hoy la antigua alianza.
Hombres, reclamad las coronas
y el delirio de vuestra danza.
Raza que a la tierra abandonas:
renueva hoy la antigua alianza.
Hombres, reclamad las coronas
y el delirio de vuestra danza.
Hoy que la tierra se prestigia
con nueva flora y nueva mies,
al clamor de la flauta frigia
agitad los rápidos pies.
con nueva flora y nueva mies,
al clamor de la flauta frigia
agitad los rápidos pies.
Federico Cantú 1907-1989
Palas Atenea
Sanguina Papel
Colección de Arte Cantú Y de Teresa
Estrofa III
La canción de la flauta oíd,
hombres, escuchad la canción sin lira
a la cual Dióniso, dios de la vid
y dios de la llama, delira.
La canción de la flauta oíd,
hombres, escuchad la canción sin lira
a la cual Dióniso, dios de la vid
y dios de la llama, delira.
Elevad un canto acordado
con el latir del corazón;
vuestras plantas gocen el tibio prado,
y el ansia vital brote en canción.
con el latir del corazón;
vuestras plantas gocen el tibio prado,
y el ansia vital brote en canción.
Antistrofa III
Hombres, escuchad
la antigua sabiduría
y sembrad
un temblor de vida en el surco eterno
de la hembra. Que vuestra alma ría
al consejo plácido que da la cigarra.
¡ Gloria a la pesuña y al cuerno!
El vientre del mundo pulsa y se desgarra
y surgen seres que viven de gozo y martirio.
¡Regocijaos! La tierra
aún guarda calor y encierra
poderes para el delirio.
Hombres, escuchad
la antigua sabiduría
y sembrad
un temblor de vida en el surco eterno
de la hembra. Que vuestra alma ría
al consejo plácido que da la cigarra.
¡ Gloria a la pesuña y al cuerno!
El vientre del mundo pulsa y se desgarra
y surgen seres que viven de gozo y martirio.
¡Regocijaos! La tierra
aún guarda calor y encierra
poderes para el delirio.
Épodo final
Hijo que a la madre abandona
¿adónde irá que no tropiece?
El laurel de vuestra corona,
hijos torpes, ya no florece.
Pero el vientre del mundo encierra
regeneradora virtud.
¡ Ah, venid a besar la tierra
para que retoñe salud!
Hijo que a la madre abandona
¿adónde irá que no tropiece?
El laurel de vuestra corona,
hijos torpes, ya no florece.
Pero el vientre del mundo encierra
regeneradora virtud.
¡ Ah, venid a besar la tierra
para que retoñe salud!
1908