martes, 16 de octubre de 2018

Museo CYDT


Rendición de Sevilla
Reconquista de Sevilla

Axafat entregándole las llaves de Sevilla a Fernando III

1246 Don Fernando lo pasa en Jaén, habiendo dejado en Alcalá de Guadaíra a Don Rodrigo Álvarez y en el Aljarafe al maestre de la Orden de Santiago. Todo el verano lo dedica a hacer planes de guerra. Organiza un poderoso ejército, incomparable concualquier otro de la Edad Media. Un centenar de generales y varios centenares de famosos caudillos. Entre los miembros de este ejército destacan: Don Pelay Correa, maestre de la Orden de Santiago, Don Fernando Ordóñez, maestre de la Orden de Calatrava, Don Pedro Yáñez, maestre de la Orden de Alcántara, Don Pedro Álvarez Avito, maestro de la Orden del Temple, Don Fernán Royz, maestre de la Orden de San Juan, López de Haro, el Almirante Ramón de Bonifaz, Alfonso Téllez, el infante Don Fadrique, el príncipe Don Alfonso y, junto a ellos, gran cantidad de nobles de Castilla y León y los concejos de ambos reinos. El obispo Jiménez de Rada realizó gestiones en Roma, obteniendo una bula de Cruzada del Papa Inocencio IV, en 1246, gracias a la cual España tuvo apoyo económico y militar de franceses, alemanes e italianos. El 15 de marzo de 1247 el Papa decretará otra bula por la cual las iglesias de Castilla y León deben aplicar las tercias de fábrica en los gastos de esta guerra.

Al ser Sevilla una ciudad con río navegable, Fernando hace venir a Jaén a Ramón Bonifaz, para ayudarse de una flota en la toma de la ciudad, al igual que había hecho eficazmente en la ciudad de Cartagena. Fernando III encargó esta flota al Almirante Ramón de Bonifaz, que armó los barcos y consiguió tripulación en Cantabria, en los puertos de Castro Urdiales, Laredo, San Vicente de la Barquera y en Santander. La flota también contó con los marinos vascos al mando de Diego López de Haro y gallegos al mando de Paio Gómez Charino. Reunió 13 naves, movidas a vela, y 5 galeras, movidas a remo. Bonifaz dispuso las dos naves más robustas para embestir el puente. Una era la Carceña, comandada por el propio Bonifaz, y estaba construida en Santander. La otra era la Rosa de Castro, estaba construida en Castro Urdiales y estaba comandada por Ruy González.
En la primavera de 1247 un contingente de distintas partes de la Península y de más allá de los Pirineos se va concentrando en Córdoba. Bonifaz bordea Portugal y el Algarve camino de Sevilla. El contingente, capitaneado por Fernando, parte de Córdoba, yendo en vanguardia las órdenes militares, que se irán apoderando de Lora del Río, Alcolea del Río, Reina, Constantina, Setefilla, Tocina, Guillena, Gerena y Cantillana.3 El monarca sufre tifus y se recupera algo en Guillena y la campaña continúa poniendo sitio a la fortaleza de Alcalá del Río, amurallada por el propio Axataf, que al saber perdida la plaza decidió abandonarla a su suerte dejando a su lugarteniente Abul-Hasan para que resistiera, cayendo ese mismo agosto en manos de los cristianos. Abul Hasan logró escapar con un grueso grupo de caballeros moros y se dirigió a Sevilla. El Consejo de Notables de Sevilla nombraría al joven Abu Nasan, hijo del príncipe almohade Abu Alí, como Jefe de los Creyentes, y por tanto jefe de las fuerzas civiles moras de ciudad. Este tomó la decisión de guarecer con soldados las torres y murallas y dirigir también contingentes al Castillo de Triana y al del Aznalfarache. Fernando continúa su serie de conquistas y tomará Alcalá de Guadaíra y destruyó todo lo que había fuera de las murallas de Carmona para facilitar la rendición de la villa, lo que favoreció que capitularan rápidamente. En otoño de 1247 el control cristiano de la ribera norte del río Guadalquivir era ya un hecho.
CYDT Colección de Arte


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