La pintura de Alemania es aquella que se ha producido en el territorio que forma parte del Estado Federal Alemán, o por artistas nacidos en el mismo. Puede entenderse como momento inicial de la pintura alemana, las miniaturas realizadas en algún taller germano en la época carolingia. Se conoce como Edad de oro de la pintura alemana al siglo XVI, con la obra de dos pintores de primera fila, como Alberto Durero y Hans Holbein el Joven, y muchos otros destacados maestros como Lucas Cranach el Viejo y Albrecht Altdorfer. En la época romántica destacaron los nazarenos y los paisajistas como Caspar David Friedrich. Finalmente, en el siglo XX, artistas alemanes protagonizaron el movimiento expresionista, sobre todo en su segunda generación y se encuentran en el origen de otras corrientes de vanguardia como el dadaísmo o el surrealismo.
Con el Renacimiento surgió en Alemania un tipo peculiar de arte, en contraposición con las obras creadas en Italia. Se abre así el llamado Siglo de oro de la pintura alemana, con pintores como Grünewald (1470-1528), Hans Holbein, Alberto Durero y Lucas Cranach. A la tradición gótica alemana, expresionista y patética, se le une ahora la influencia italiana y la llegada de la Reforma protestante, lo que provoca una pintura con personalidad propia.
Hans Holbein el Joven era hijo del pintor homónimo llamado «el Viejo» de la época gótica. Además de la tradición germana, Holbein conoció la obra de Rafael, cuya influencia es evidente en sus cuadros de Vírgenes, como la Virgen del burgomaestre Meyer. Pero si destacó en algo fue como retratista. Desarrolló gran parte de su carrera en Inglaterra, en la corte de Enrique VIII, retratándole a él, a algunas de sus esposas y a cortesanos como Tomás Moro. Su obra influyó en la retratística posterior de la época isabelina que imitó su estilo.
Aunque Hans Holbein formó parte de los círculos reformistas, llegando a tratar con Erasmo, el artista alemán más vinculado a la reforma protestante fue Lucas Cranach, amigo de algunos de los reformistas como Melanchton y Lutero, a quienes retrató. Aparte de estos retratos, lo más conocido de su producción son los temas mitológicos o clásicos, con numerosas Venus, sobre todo estando en la corte de Sajonia. Estos desnudos están bastante alejados de los modelos italianos, y se aproximan a la representación germánica gótica de figuras alargadas y lineales.
Frente a la riqueza y diversidad de la pintura del siglo anterior, en el siglo XVII la pintura alemana tuvo mucha menor importancia, sin duda por las circunstancias históricas, con una Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que devastó el territorio alemán, reduciendo su población en un 30%. Un centro de producción artística a principios de siglo fue la corte del emperador Rodolfo II en Praga. Allí trabajaron artistas de diversas nacionalidades, entre ellos los alemanes formados en Italia: Johann Andreas von Düwens, Hans von Aachen y Hans Rottenhammer.
Frente a la riqueza y diversidad de la pintura del siglo anterior, en el siglo XVII la pintura alemana tuvo mucha menor importancia, sin duda por las circunstancias históricas, con una Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que devastó el territorio alemán, reduciendo su población en un 30%. Un centro de producción artística a principios de siglo fue la corte del emperador Rodolfo II en Praga. Allí trabajaron artistas de diversas nacionalidades, entre ellos los alemanes formados en Italia: Johann Andreas von Düwens, Hans von Aachen y Hans Rottenhammer.
Cabe diferenciar entre el romanticismo católico del sur y el romanticismo que podría llamarse protestante del norte de Alemania. Dentro del primero se encuentra un conjunto de pintores alemanes que no estaban dentro del territorio germano sino en Roma: son los nazarenos. Se trata de un grupo de pintores nacidos alrededor del año 1785 y que en 1810 llegaron a Roma, viviendo en comunidad. Trataban de expresar sus propios ideales morales y religiosos y de revivir una pintura ajena al academicismo, recibiendo en diversas medida la influencia de pintores como Fra Angélico, Perugino o Rafael. Overbeck y Peter von Corneliusdestacan en este grupo y colaboraron en obras colectivas como la decoración con frescos de la Casa del Cónsul de Prusia en Roma o la Villa Massimi. Con el tiempo, la mayor parte de los nazarenos regresaron a Alemania, integrándose en las instituciones académicas, desempeñando cargos oficiales y realizando grandes obras murales. Así, Wilhelm von Schadow enseñó en Düsseldorf y Philipp Veit en Fráncfort del Meno. Sólo Overbeck permaneció en Italia.
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